domingo, 21 de abril de 2013

La verdad de la duda.

No entiendo el porque del reloj variando la velocidad de sus agujas para que el tiempo pase más o menos rápido.
La duda del porque de esa sonrisa que sale sola de dentro, sin invitación ni excusa.
La pregunta del porque hemos de pasar un sólo día más sufriendo teniendo toda una vida para aplazarle.
Siempre quise responder a la pregunta de ¿qué tengo que hacer en la vida? sin ni siquiera formularme la de ¿quién soy?.
Jamás comprenderé la sensación de mirar al espejo y que no te muestre a la más bella del reino, sino una mirada de ojos rojos maltratados por el roce de la almohada mojada.
Nunca comprendí la belleza de una puesta de Sol hasta que éste se ocultó del todo tras el ansiado horizonte.
Ahora llámame loco por pensar que todos los caminos llevan a Roma, que todos se cruzan a placer según dicte el destino, hasta que decidamos seguir el camino con otra persona, aunque sea a rebufo.
También llámame insensato o ingenuo, soñador o infantil, tierno o estúpido, pero nunca dejé de creer en las princesas y los cuentos, en los príncipes que no saben montar a caballo, ni tampoco en los dragones encargados de defender a la princesa de todos los daños, hasta que una persona llega y se encarga de su trabajo.
Quizás un día le pregunte a la Luna sobre amores imposibles o damiselas en apuros, de castillos encantados en la orilla de un mar frío y aciago.
O quizás un día busque en el firmamento su sonrisa y la dedique una poesía melancólica, llena de espérame y no tardaré mucho.
Quizás elija el camino fácil y me tire a las calles cuál gato gato hambriento en una eterna y fría noche de invierno.
Tal vez, los icebergs no son tan fríos, solo necesiten la llama que les de la vida que les falta.
Quién sabe, puede que incluso algún día olvide mis sueños y sea sólo uno más en esta complicada y extenuante vida.
Puedo tener muchas dudas y una sola verdad, por encima del resto. La verdad de que cómo el tiempo, el caballero sin caballo y la Luna llena, nunca dejaré de estar en ningún sitio y en todos a la vez.

Ah, se me olvidaba, nunca dudaré de que te quiero.



Manu.

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