miércoles, 30 de enero de 2013

Ya no hay vida.

Ella estaba tumbada en la cama, cuando una mano cálida la toca el hombro, bajando hasta llegar a la mano, rozando cada centímetro de su brazo, llega a los dedos, donde los agarra con firmeza pensando en todo lo vivido junto a ella, en esos preciosos y grandes ojos oscuros, en esas mejillas sonrojadas y esos labios rojos y carnosos.
Se le escapa una lágrima que recorre toda su cara hasta que se pierde.
Lleva ya más de dos semanas en coma y los médicos le han dicho que será difícil que vuelva a despertar, ha sufrido daños muy graves.
Pero pese a lo malo, él guarda un ápice de esperanza en su corazón que le dice que no se irá, que despertará y jamás le abandonará, que si tiene que acabar, caminaran juntos hasta el final.
Nunca le ha tenido miedo a la muerte, hasta que ha visto a esa persona, a esa pequeña luz a punto de apagarse.
Los días pasan y la esperanza va disminuyendo cada vez más, un día ella despierta y susurra un 'te quiero', segundos después ella ya no está, la luz se ha desvanecido por completo, el sol ya no brillará como antes ¿y por qué?, porque se ha ido una sonrisa...
Él llora durante meses, ella se fue, pero en realidad, sigue con él, a su lado, caminando juntos, como siempre debió ser.

Rachi.

martes, 29 de enero de 2013

Abuelo.

Estaban un día un abuelo y su nieto en el campo, el niño jugaba con el trigo mientras veía como su abuelo trabajaba duro en la tierra. Su abuelo era un hombre de unos 50 años, con el pelo castaño siendo fundido por un blanco que jamás podrá detener, de grandes ojos marrones y estatura media, pero sin duda lo que más caracterizaba a aquel hombre era su sombrero. Siempre que el niño veía a su abuelo él llevaba aquel sombrero, pasará lo que pasará, estuvieran donde estuvieran. Un día el niño decidió preguntarle a su abuelo el porque llevaba siempre el sombrero puesto.
El abuelo con una amplia sonrisa le respondió:
-Yo ya perdí a mis abuelos, a mis padres, a la abuela, y aunque quiera ir con ellos al cielo, aún no puedo, todavía tengo cosas que hacer aquí abajo, pequeñajos que cuidar -le revolvió el pelo al pequeño- así que no puedo permitirme mirar hacia arriba ahora, tengo que mirarte a ti y a tus padres, sois mi motivo para estar todavía aquí.
El niño no comprendió muy bien lo que su abuelo quería decir, pero al ver una mueca de tristeza al acabar de hablar el anciano, decidió no comentar nada.
Pasaron los años y el niño se hizo mayor, entró en la universidad y ya casi no tenía tiempo de visitar a su abuelo, pero un día sintió que tenía que hacerlo, y olvidó los planes de estudio con sus compañeros, olvido los exámenes, lo olvido todo, solo siguió esa corazonada que le decía que tenía que estar junto a su abuelo lo más rápido posible.
El niño no tan niño ya llegó a la antigua granja de su abuelo y sintió un escalofrío que recorrió toda su espalda, erizando el pelo de sus brazos. Entró en la casa y busco a su abuelo en el salón, él estaba sentado en silencio, mirando un álbum de fotos antiguo.
-¿Estás bien abuelo?¿Te encuentras bien?
El anciano levantó la mirada y la posó en los ojos del joven, y él solo encontró una gran tristeza en la mirada del anciano.
-Me tengo que ir.
-¿Qué quieres decir?- preguntó, aún sabiendo la respuesta antes de que contestará.
El anciano levantó su brazo y cogió su viejo sombrero, que ya no tenía sobre la cabeza y reposaba sobre una mesa.
-Esto ya no me pertenece, ya no lo necesito, ahora te toca a ti guardarlo hasta que lo necesites para cuidar a tus nietos, guárdalo bien, es muy importante para mí.
El anciano colocó el sombrero sobre él mientras le acariciaba la mejilla, el joven se sorprendió al notar la presencia del sombrero en su cabeza, un torrente de emociones sacudió su interior, notaba el dolor de la pérdida de mucha gente importante en la vida de su abuelo, notaba la esperanza y fe de este, la fuerza con la que había luchado toda su vida.
-Gracias abuelo, lo cuidaré como se merece.
-De nada jovenzuelo, sé que sabrás cuidar de él incluso mejor de lo que lo hice yo, ahora dame un beso y vuelve a casa.
El joven se agachó junto a su abuelo y tras darle un beso en la mejilla le propinó un fuerte abrazo, no quería irse, pero entendía que era lo que su abuelo quería.
Volvió a Madrid, a su casa, y guardó el sombrero al fondo de un armario entre lujosas telas.
-Ya solo queda esperar abuelo, ya solo queda esperar.
Una semana más tarde su madre le llamó y le dijo entre sollozos que el abuelo había muerto. El chico simplemente miró al cielo, mientras una lágrima recorría su mejilla, y dijo para sí mismo y para su abuelo:
-No te olvidaré nunca abuelo, gracias por haber sido como otro padre y haberme enseñado todo lo que pudiste,
te quiero, abuelo.
Manu.

martes, 22 de enero de 2013

Por ella.

Sus ojos no se apartaban de los míos, esos ojos marrones claros con pequeñas motas un poco más oscuras, que brillan, que brillan como una mañana soleada, que te aportan la calidez de su cuerpo sin rozarte.
Mis ojeras no son capaces de seguirla el ritmo, no estoy a la altura, la verdad, nunca lo he estado.
Me levanto y sin perder un momento la abrazo y la doy un beso tierno en los labios, deseando que no se acabe nunca, como con todos los anteriores.
La vida es dura, pero teniéndola a ella, aunque parezca que todo va mal, siempre tengo que levantarme, tengo que luchar.
No por mí, sino por ella, porque se merece todo lo que haga en esta vida.

Los prados de la felicidad.

Esto es un pequeño relato sobre Los Juegos del Hambre (Si no habéis leído la trilogía os lo recomiendo encarecidamente), el otro día me vino a la mente la idea y tuve que escribirlo, espero que os guste. (CONTIENE SPOILERS DE "EN LLAMAS" y "SINSAJO")


Se encontraban tumbados bajo un árbol. El clima era acogedor, las briznas de hierba se movían a la par con el viento, y el olor a pan recién hecho embriagaba la nariz de Katniss.

-No hacía falta que volviéramos aquí, Peeta - él mueve la cabeza asintiendo, sabiendo que esto es muy importante para ella aunque no lo quiera reconocer.

La roca en la que siempre se reunía con Gale seguía igual, el árbol con el pequeño orificio para guardar el antiguo arco, el arco de su padre 
Tras recorrer un poco la zona descubre que muchas de las trampas que habitualmente usaban seguían colocadas.

-Supongo que no le dio tiempo a recogerlas - y al decirlo un escalofrío recorre su cuerpo, recordando aquella viejas palabras: "El Distrito 12 ya no existe".

Descubre que en un árbol cercano a la roca, se encontraba sobre un baja rama de árbol una pequeña trampa que usualmente usaban para cazar ardillas, en ella solo se encontraban ya los pequeños huesos que habría dejado un pájaro hace ya mucho tiempo.
Al poco tiempo reconoce la forma del pájaro y echa a llorar desconsoladamente, Peeta se acerca y la agarra por detrás, susurrándole al oído que él está ahí, que no iba a pasar nada, que todo se acabo ya.

-Era un Sinsajo - dice ella.
En la cara de Peeta se avista una pequeña mueca de tristeza que rápidamente cambia por una media sonrisa.
-Supongo que los Sinsajos desaparecerán, como todo lo relacionado conmigo.
-Tú jamás desaparecerás, formas parte de la historia, eres la chica en llamas.
-Ya no soy la chica en llamas, solo soy la madre de dos niños preciosos y la mujer más afortunada del mundo.
-En mi corazón siempre serás la chica en llamas.

Ella le abraza y una sonrisa cruza su cara inundada en lágrimas, el bosque queda en silencio durante el abrazo, los Sinsajo dejan de cantar, y Peeta tiene claro que si los animales de este bosque fueran personas, llevarían sus tres dedos centrales de la mano a la boca, y los besarían orgullosos de la chica en llamas, del Sinsajo, de Katniss Everdeen.
Manu.

lunes, 21 de enero de 2013

La escritura.

Para mí escribir no son deberes, no es algo que haga por obligación, a mí escribir me hace fuerte, me hace sentirme realizado, me hace sentir grande.
Sé que muchos jamás entenderéis lo que se siente al expresar vuestros sentimientos en un papel, al igual que muchos lo han descubierto y como yo, no pueden dejarlo.
Yo no pienso que una persona pueda escribir bien o mal, la calidad de un texto solo depende un factor, lo real que es.
Una persona para que sus textos sean bonitos, para que al leerlos te de ese usual escalofrío que tienes cuando lees algo increíble, algo real, para eso debe escribir lo que siente, siendo fiel a ello, y poco a poco aprendiendo a representarlo en un texto, haciendo que cada vez ese trozo de papel puede expresar mejor sus sentimientos que él mismo.
La escritura es solo, representar en un papel lo que el corazón siente, ni más ni menos.

sábado, 19 de enero de 2013

Imposible.

Imposible, parece una palabra normal y con un solo significado, pero no es así.
Las personas suelen decir "Nada es imposible", "Si quieres, puedes", pero no es cierto, nos dejamos alentar por esas palabras aún sabiendo lo que de verdad significan.
Sabemos que hay cosas que jamás podremos cambiar, que hay deseos que jamás podremos realizar, pero nos da igual, porque somos personas y parece que nos gusta engañarnos.
Hay cosas posibles, si, pero si no han sucedido ya, ¿qué nos hace pensar que sucederán?
Suena raro y mal esto que os estoy transmitiendo y diréis, no es verdad, pero todos sabemos que no es así, que por mucho que te esfuerces en algo, que luches por alguien, no se hará realidad, no nos dejemos engañar por esas palabras que nos resultan tan atractivas, seamos fuertes.
Habrá 2 posibles caminos, seguir luchando por algo imposible, por algo que solo te hace perder el tiempo, perder tu vida, tu felicidad o seguir con nuestro camino, ser felices, seguir con nuestra verdadera meta, que es... existir.
Rachi.


jueves, 3 de enero de 2013

El invierno.

El frío entumece mi nariz. Mis guantes se ajustan cálidamente a mis manos y el gorro no permite el contacto de mi pelo con los copos de nieve. El frío, tan solitario, tan conciliador. Te pide que busques a otra persona, que te aporte el calor que él no te puede ofrecer. Te pide que busques unos labios que abracen tu cuello. No busca problemas, no te hace daño, solo quiere que consigas lo que él no te puede dar.
Estando el invierno, que se quite Cúpido.

El frío del cristal.

La fría ventana al resbalar en ella la lluvia.
El vaso roto en el suelo por culpa de la rabia, del odio.
La punta cortante de transparente material arráncandote los sueños de las venas.
Esas gafas empañadas por la emoción, o por la tristeza de los lloros.
El cristal que permite pasar la luz e iluminar esa tenue habitación.
Ese cristal, frío, impasible, que te permite ver las cosas más serenas.
Ese cristal, que no nos deja quedarnos ciegos.

¡Aviso importante!

Quería informaros de que voy a abrir una pequeña sección, que principalmente se compondrá de unos veinte textos, llamada :
 "Diario de un poeta redimido" .
 En esta sección se compondrá de microrrelatos sobre diversos temas, todos con un trasfondo metáforico.
¡Muchas gracias a todos los que nos leéis! ¡Un abrazo!

                     
"Todo fondo tiene un trasfondo, 
toda acción tiene una intención, 
todo pensamiento tiene un mensaje."